¿Qué podemos hacer para perder el miedo al dentista?
El psicólogo estadounidense Norman Corah (1934-2001) elaboró en 1969 un pequeño cuestionario para detectar y establecer una gradación de la ansiedad que se produce en las personas a la hora de ir al dentista. Posteriormente el cuestionario se amplió y modificó en 1995 por Humphris y sus colaboradores.
El formulario se compone de cinco preguntas con cinco opciones cada una.
Podéis apuntar vuestras respuestas y luego analizaremos los resultados:
1. Si tuviera que ir al dentista mañana para una revisión, ¿cómo se sentiría al respecto?
a. Relajado, nada ansioso
b. Ligeramente ansioso
c. Bastante ansioso
d. Muy ansioso e intranquilo
e. Extremadamente ansioso (sudores, taquicardia, sensación de enfermedad grave)
2. Cuando está esperando su turno en el consultorio del dentista en la silla, ¿cómo se siente?
a. Relajado, nada ansioso
b. Ligeramente ansioso
c. Bastante ansioso
d. Muy ansioso e intranquilo
e. Extremadamente ansioso (sudores, taquicardia, sensación de enfermedad grave)
3. Cuando usted está en el sillón estomatológico esperando mientras el dentista prepara el taladro para comenzar de trabajo en los dientes, ¿cómo se siente?
a. Relajado, nada ansioso
b. Ligeramente ansioso
c. Bastante ansioso
d. Muy ansioso e intranquilo
e. Extremadamente ansioso (sudores, taquicardia, sensación de enfermedad grave)
4. Imagínese que usted está en la silla del dentista para una limpieza dental. Mientras espera, el dentista o higienista saca los instrumentos que serán utilizados para raspar sus dientes alrededor de las encías, ¿cómo se siente?
a. Relajado, nada ansioso
b. Ligeramente ansioso
c. Bastante ansioso
d. Muy ansioso e intranquilo
e. Extremadamente ansioso (sudores, taquicardia, sensación de enfermedad grave)
5. Si le van a inyectar con una aguja anestésico local para su tratamiento dental ¿cómo se siente?
a. Relajado, nada ansioso
b. Ligeramente ansioso
c. Bastante ansioso
d. Muy ansioso e intranquilo
e. Extremadamente ansioso (sudores, taquicardia, sensación de enfermedad grave)
Una vez terminado el test y recogidas las cinco respuestas, la valoración del grado de ansiedad atiende a estos valores:
- Respuesta a = 1 punto
- Respuesta b = 2 puntos
- Respuesta c = 3 puntos
- Respuesta d = 4 puntos
- Respuesta e = 5 puntos
Sumamos los resultados obtenidos y para valorar nuestro grado de ansiedad Norman Corah plantea que:
Menos de 9 puntos: Su ansiedad es leve o nula en su visita al dentista.
Entre 9-12 puntos: Ansiedad moderada en su visita al dentista.
Entre 13-14 puntos: Ansiedad elevada en su visita al dentista.
A partir de 15 puntos: Ansiedad severa o Fobia a su visita al dentista.
Con un resultado de más de 13 puntos en el grado de ansiedad el doctor Norman aconsejaba el uso de sedación.
Este alto grado de tensión hace que los pacientes eviten el ir al dentista con la frecuencia necesaria, y muchas veces, aun teniendo problemas grabes de salud bucodental, los ocultan para evitar esos temidos estados de ansiedad, pero no lo consiguen pues la enfermedad les hace recordar constantemente el hecho de que tienen que ir a la consulta y al evitarlo, están sufriendo otro cuadro de ansiedad, esta vez por no ser capaces de tomar la decisión de ir a curarse, sabiendo en el fondo que la única solución a su problema es ir al dentista.
Un estudio realizado por Kruger, Thompson y Poulton en 1998 sobre 650 adolescentes dio como resultado que los adolescentes que sufrían de un alto grado de ansiedad a la hora de ir al dentista, tenían más caries que los que no sufrían de dicha ansiedad.
Es entonces conveniente el encontrar donde nace esta odontofobia en los pacientes. Según el profesor Gudrun Sartory (1986-2015) profesor de psicología clínica y psicoterapia de la universidad de Wuppertal (Alemania), estos miedos y temores aparecen, en la gran mayoría de las ocasiones después de una experiencia desagradable, dolorosa y traumática con el dentista que nos atendió en nuestras primeras visitas al dentista, en nuestra infancia, donde por nuestra debilidad emocional no pudimos canalizar y, sobretodo, resolver ese recuerdo de dolor o malestar que sentimos y que nadie impidió.
Actualmente todos los especialistas que tratamos con niños estamos muy concienciados con el hecho de que las primeras visitas al dentista en la infancia son especialmente sensibles, y hay que tener, si cabe, especial cuidado en atender a los gestos de molestia, dolor o sensaciones de agobio que pueda sentir el niño y corregir con rapidez nuestras actuaciones para evitar el estrés del pequeño y así evitar los cuadros de ansiedad y que la visita al dentista se asuma como algo positivo y necesario.
Los padres de los pequeños también han de saber, como hemos comentado en posts anteriores refiriéndonos a los cuidados en la higiene bucodental, que el niño aprende muchas veces por imitación, y la aptitud de los propios padres a la hora de ir ellos al dentista, será en gran parte emulada por sus hijos.
Para solucionar el problema el primer paso es escuchar al paciente, que vea que sus miedos son escuchados y atendidos correctamente. El dentista tiene que ir explicando los pasos antes de realizarlos para no sorprender ni asustar, y deteniéndose de vez en cuando para empatizar con el paciente consultándole sobre su dolor o malestar.
También es conveniente que todo el equipo de la clínica, tanto los doctores como auxiliares, observen de primera mano casos de pacientes con alto grado de ansiedad y observen así sus reacciones para poder reconocer los síntomas en otros casos futuros que se presenten y proceder con mayor comunicación y empatía.
Desde nuestra Clínica de Odontología Integral Doctores Pérez de Valladolid aconsejamos a los pacientes adultos que sufren este tipo de ansiedad, a aprender técnicas de relajación respiratoria que pueden hacerse incluso durante la propia intervención odontológica y son muy efectivas pues relajar el ritmo cardíaco, la tensión muscular y evitar la temida hiperventilación. También hay que controlar lo que pensamos, existen técnicas psicológicas como la llamada técnica cognitivo-conductual de la “parada de pensamiento” encaminada a paliar o controlar el efecto negativo de algunos pensamientos negativos automáticos.
Ante cualquier leve síntoma que le indique que comienza a sentir ansiedad a la hora de ir al dentista o en la propia consulta, es conveniente que se lo comunique al doctor lo antes posible para que éste le aconseje la mejor forma para tratar el problema y así evitar esos cuadros de ansiedad.